A diario interactuamos con gran cantidad de archivos desde nuestro ordenador. Aunque no lo pensemos a menudo, trabajamos con informes y documentos en formato PDF, descargamos vídeos y música para disfrutar de nuestras horas libres y dedicamos un buen rato a tratar las fotos y selfies para nuestro nuevo post en Instagram. Todos ellos tienen un factor en común: Si no estuvieran comprimidos, no podríamos compartirlos por Internet y apenas tendríamos espacio en nuestro equipo para guardarlos. Pero… ¿Sabes realmente qué es la compresión de archivos?
En el artículo de hoy vamos a explicarte cómo funciona la compresión de archivos (normales y multimedia), por qué es tan importante comprimir los ficheros y cómo puedes sacarle el máximo provecho a este proceso en tu día a día.
¿Qué significa comprimir un archivo?
Comprimir es lograr que un archivo ocupe menos sin corromperlo.
Los archivos almacenados en tu disco duro ocupan un espacio determinado sobre la superficie del disco. Si se siguen añadiendo más datos, llegará un momento en el que ya no quedará espacio.
Antes de que se inventara la compresión de archivos, solo había dos opciones: borrar los archivos o añadir más espacio comprando un nuevo disco duro. Dos opciones poco prácticas.
La compresión aplica métodos matemáticos -algoritmos- a los datos para conseguir que estos ocupen menos espacio en el disco, quitando la necesidad de borrar o ampliar el espacio.
Cómo funciona la compresión de archivos
Existen dos tipos principales de compresión:
- Lossless- Aquella en la que no hay pérdida de datos.
- Lossy- Aquella en la que se pierden parte de los datos.
¿Cuál es mejor? La respuesta no es sencilla pues ambos tipos de compresión tienen sus ventajas e inconvenientes. En la siguiente tabla puedes ver algunos ejemplos de formatos de archivo y su tipo de compresión:
Ten en cuenta que, a veces, se usa un formato para juntar varios archivos en uno sin compresión, cosa que ocurre, por ejemplo, con el formato ISO. En ese caso hablamos de empaquetado de archivos, operación para la que también sirve el formato ZIP.
A continuación os hablaremos con detalle cómo funcionan los principales sistemas de compresión de archivos.
Cómo funciona la compresión sin pérdida (lossless)
La compresión sin pérdida o lossless consiste en analizar el archivo en busca de repeticiones y patrones que se puedan resumir. Es lo más parecido a comprimir un acordeón. Mira, por ejemplo, este documento con varios tipos de datos:
Cuando lo comprimimos en formato ZIP, que es lossless, esto es lo que ocurre al “acordeón” original que es nuestro archivo de ejemplo:
Como ves, los sectores que se repetían se han reducido mucho, pero los datos no se han perdido: el formato ZIP ha guardado instrucciones que indican cómo “reinflar” el archivo para usarlo.
Nota también cómo algunos de esos sectores (los grises) no se han comprimido apenas: esto se debe a que el nivel de redundancia de esas partes es menor. En otras palabras, si no hay nada que se repita, el compresor no hace nada. Eso explica por qué comprimir archivos muy optimizados, como los JPG, es inútil.
Otra razón por la que pueden quedar partes sin comprimir es que cada tipo de dato requiere un enfoque distinto a la hora de ser comprimido sin pérdida. Es por ello que hoy en día se prefiere usar compresores específicos para determinados tipos de archivos, llamados comúnmente códecs.
Prácticamente todos los compresores de archivos (WinZip, WinRAR, 7Z) recurren a la compresión lossless porque es fiable y segura: la integridad de los datos se mantiene, y esa es su mayor ventaja. Si necesitas disminuir el espacio ocupado por documentos importantes, la compresión lossless debe ser tu primera elección.
El inconveniente principal de la compresión lossless es que no siempre resulta eficaz, y que el ahorro de espacio que consigue es inferior al que obtienen las técnicas lossy.
Cómo funciona la compresión con pérdida o lossy
La compresión lossy disminuye el espacio ocupado por un archivo usando una técnica bastante más radical: elimina información que resulta irrelevante para los sentidos humanos.
Por ejemplo, la compresión JPG reduce las variaciones de brillo y color de una foto, mientras que el formato MP3 elimina frecuencias de sonido inaudibles para el oído humano.
En la imagen puedes ver cómo la forma de onda de un archivo WAV sin compresión (arriba) se compara con la versión MP3 a 40kbps. Una cosa a tener en cuenta es que mientras la compresión lossless siempre es máxima, la compresión lossy es ajustable por el usuario como si de un control de televisión se tratara.
Como puedes ver, la diferencia entre la primera imagen y la segunda es casi imperceptible. Al comprimir con un algoritmo lossy, hay que preguntarse siempre qué nivel de calidad consideramos aceptable para el uso que vamos a dar al documento comprimido. Es importante consultar una vista previa y no sobrescribir el original.
Otro ejemplo claro lo tenemos en la anterior imagen. En ella vemos cómo el compresor RIOT es capaz de reducir el tamaño de una imagen de 865 Kb a tan sólo 21 Kb. La ventaja innegable de la compresión lossy es que consigue reducir el tamaño de los archivos de manera espectacular sin que el contenido pierda sentido.
Gracias a su potencia, la compresión lossy posibilitó el crecimiento de Internet a finales de los 90 gracias a las imágenes JPG. El formato MP3, por otro lado, revolucionó el panorama de la música digital (e hizo posible Napster y el iPod).
Y, desde hace unos años, los formatos de vídeo comprimido han transformado la industria del cine y la televisión. Al poder enviar más datos en menos tiempo y ocupando menos espacio, autores y consumidores audiovisuales han salido ganando.
Por qué es importante saber comprimir archivos
Ahora que ya sabes con todo detalle qué es y cómo funciona la compresión de archivos, es hora de explicarte por qué es tan importante aprender a comprimir correctamente. Este es un proceso que ha cambiado la forma en la que no sólo nos relacionamos con los ficheros almacenados en nuestro equipo, sino también en la forma en la que podemos compartirlos.
Estas son las principales ventajas de comprimir un archivo:
1. Ocupan menos espacio
Como ya te hemos explicado, comprimir un archivo reduce considerablemente el tamaño que ocupa en el disco duro. Esto permite que podamos almacenar gran cantidad de ficheros (documentos, fotografías, vídeos, programas y archivos de todo tipo) en un ordenador sin necesidad de eliminarlos.
2. Permite hacer copias de seguridad
La compresión de archivos permite realizar copias de seguridad de cualquier tipo de fichero de forma rápida y cómoda. Tras ello, es posible almacenarla de forma sencilla y segura en una unidad de disco duro extraíble o en un dispositivo USB.
3. Facilita la transferencia de archivos
Comprimir un archivo no sólo facilita su transferencia entre dispositivos locales, sino también constituye un requisito primordial para poder enviar archivos pesados a través de Internet. De este modo resulta mucho más sencillo, por ejemplo, copiar el contenido de un ordenador a otro o enviar documentos y programas de forma rápida y eficiente por la Red.
4. Pueden ser enviados por email o subidos a una página web
La mayoría de servicios de correo electrónico gratuitos, como es el caso de Gmail o Outlook, restringen el tamaño de los archivos adjuntos en su correo electrónico. Lo mismo sucede a la hora de subir imágenes y archivos a una página web. La compresión de archivos permite que un fichero anteriormente vetado por estas limitaciones pueda ser compartido sin problema.
5. Mantienen su integridad
Es muy común que, al enviar o compartir un archivo a través de Internet, éstos sufran algún tipo de error, se corrompan y queden de este modo inutilizables. Un archivos comprimido mantiene la integridad de sus ficheros, asegurando de este modo que sus datos no se corrompan.
Los mejores programas para comprimir y descomprimir archivos
1. WinZip
Con 30 años a sus espaldas, WinZip sigue siendo el software de referencia a la hora de comprimir y descomprimir archivos. Éste es capaz de comprimir y descomprimir entre una amplia variedad de formatos (ZIP, ZIPX, RAR, 7z, TAR, etc.) además de permitir su integraciones en programas del calibre de Office.
Además de poder comprimir en un sólo fichero, WinZip ofrece la posibilidad de dividir los archivos de grandes dimensiones distintas partes para que sea más sencillo descomprimirlos. Todo ello viene acompañado de una sencilla e intuitiva interfaz, perfecta para que todo tipo de usuario sea capaz de comprimir y descomprimir sin problemas desde el primer momento. Imprescindible.
2. WinRAR
WinRAR es, junto a WinZip, el software más conocido y premiado a la hora de comprimir y descomprimir archivos. No dejes que su nombre te engañe, y es que si bien éste es el programa por excelencia creado para descomprimir RAR, es compatible con la mayoría (por no decir todos) los formatos de archivo del mercado.
Aunque WinRAR no cuenta con una interfaz tan atractiva y sencilla como la de WinZip, esto no debe desanimarte. Y es que el programa cuenta con un asistente capaz de guiarte por todo el proceso de compresión y descompresión en cuestión de segundos. Sin duda alguna es el programa al que acudir si necesitas trabajar con el formato RAR.
3. 7-Zip
Para terminar nuestra selección queremos recomendaros 7-Zip. A diferencia de WinZip o WinRAR, se trata de un programa completamente gratuito, por lo que no deberás gastarte dinero para adquirir una licencia. Éste cuenta con su propio formato de compresión, 7z, el cual es capaz de comprimir hasta 16 GB, además de ser compatible con los principales formatos del mercado.
7-Zip es un programa rápido, potente y eficiente. El único factor en el que quizá cojea es en su interfaz, el cual puede resultar confuso y algo abrumador para los usuarios noveles. A pesar de ello, una vez superada la curva de aprendizaje, es un programa excelente y digno de estar entre los 3 mejores programas para comprimir y descomprimir del mercado.
